TAL VEZ OTRA MAÑANA ...

                                                                                                                                       

En un pozo profundo se fue hundiendo el suspiro,

evoluciona el alma hasta la sima del llanto,

 aparecen los conjuros que arrebatan

la claridad de la mañana.

 

Es el reloj que marca el tic-tac del desespero,

la cuenta atrás sin vuelta

que no admite el peaje.

Sonrisas ya no quedan, equilibro imperfecto.

Va llegando la noche de los sueños oscuros,

la inquietud permanente que amenaza la calma,

la cuerda que se rompe, el tiempo que se acaba.

 

Sopor efervescente que acompaña la espera,

esperanzas sepultas debajo del manzano

de la dulce ambrosía.

 

Tal vez otra mañana amanezca en tus brazos

la belleza que añoras.

O, tal vez, un abrazo te devuelva el deseo,

despierte en ti el recuerdo de los amores tiernos,

retorne el equilibrio que sostenía la esfera

de los días azules que inundaban de gozo

el devenir sereno de la tarde de abril.

 

                                                                       Las Matas, 15 de octubre de 2021

                                                                                                                                   Monreale

                                                                     Libando la blanca flor,

la mariposa del alba

somete a la blanca luna

al escondite del alma.

 

Adormecido en su nido,

el ruiseñor de la escarcha

espera el canto fugaz

que ha de servirle de guía

para romper la mañana.

 

Se estremecen las entrañas

de la tierra que nos guarda

un rincón acogedor

para descansar en calma.

 

Blanca flor, oculta luna,

ruiseñor de la mañana,

tierra que guardas la esfera

de los relojes sombríos

que nos robaron el alma.

Acompañadme en la espera

camino del mar en calma

donde ha de llegar mi barca.

 

                                                                         Las Matas, 30 de julio de 2020

      

Latentes sueños que rompen al clarear la mañana,

saltas el pretil del puente y el agua se desparrama,

aceleran los deseos de una jornada tranquila

a la espera del remedio que cicatrice la herida.

 

Esperando en la posada, reposo del caminante,

paso revista a una vida que se esfumó en un instante:

Fugaz se fue la alborada, raudo el frescor de la tarde,

días, semanas y años volutas son en el aire.

 

Queda el reposo que anhelo y se escurre entre las ramas,

pequeños gozos de alondras  que gorjean en la mañana,

el cariño que me brindan sin merecerlo siquiera

y esa mirada tan clara y las risas de mis nietas.

 

Las Matas, 10 de octubre de 2021