LARGAS SOMBRAS DE LA TARDE






                                                                                 DELFOS



Largas sombras de la tarde

en el otoño dormido

acompañan mis pesares

a la orillita del río.

 

Canta el pájaro en la rama

de los castaños de oro,

el camino se engalana,

bellos momentos que añoro.

 

Sentado en las dulces horas

del atardecer cansino,

sueño con la bella aurora

 de los amores perdidos.

 

Veo desfilar los momentos

de la juventud lejana,

de los hosannas al viento,

de la languidez del alma.

 

A mi lado se acomodan

los amigos que se fueron.

Rememoran otras horas,

otros momentos que huyeron.

  

Quisiera escapar remando

con las ausencias dormidas

en los serenos remansos

de lo que fue nuestra vida.

 

Las Matas, 17 de noviembre de 2020







                                                                                                                   Meteora



Retroceder hasta el primer bostezo

que el ser humano emite,

llanto inconsolable en el balbuceo

de la primera existencia.

 

Inseguros los pasos con los ojos abiertos

buscando la mirada  que te  muestra el sendero

por el que transitar.

Vuelo de adolescencia probando los olores

que pueblan las esquinas donde pace la dicha

                                                                   de los gozos tempranos.         

 

Armonía de las flores que engalanan los prados

donde probar los besos, cuyo simple recuerdo

te erizará la piel.

 

Si cruzas la cancela y abandonas el prado

sin vislumbrar siquiera la luz de cada día,

sin saber cómo el tiempo se perdió en un suspiro,

te encuentras de repente esclavo de ti mismo,

de un presente que exprime tu ideal de pureza

y te empuja hacia el pozo de las aguas oscuras.

 

Sorteando los días, encuentras las hortigas,

las zarzas y las piedras que pueblan tu camino,

que te  impiden vagar por el recto sendero

en que siempre soñaste y hoy se te muestra esquivo.

La dicha que, en un tiempo, efímera gozaste,

nunca será completa.

Se muestra en un suspiro y,

al fin, desaparece,

te consuela un instante, flor de melancolía,

y te deja perplejo en un desierto frío.

 

No merece la pena llorar el infortunio

que cada día te acecha, escondido en la sombra

de un recodo del tiempo.

Mejor, abrir los ojos y contemplar la luz

que alumbra un nuevo día.

 

   Las  Matas, 09 de marzo de 2021

 

 

 

 


                Dieppe





                                                           Amiens

 

 

 

 

 

 

 

 



 

Comentarios

  1. Maravilloso. Invita reflexionar sobre la importancia de cada segundo y sobre la naturaleza de la existencia. Gracias por compartir.

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