INOCENTES AUREOLAS





Inocentes aureolas sobre el pavimento

del abismo cruel del despertar,

angustias nunca asumidas por los espíritus

de la impostada pureza,

voces enlatadas anunciando

un nuevo orden del universo,

el futuro, borrado de la faz de la tierra,

se enmarca en los torreones de los agoreros.

                                                                                                       

Los pregoneros del terror se pavonean

de lo certero de sus oráculos,

el ser humano se diluye

en la lava de la incertidumbre,

vaga sin rumbo por las esquinas del universo,

abandona los arraigos de la tradición

en busca de los asideros de la incongruencia,

abomina del saber de los doctos escribas,

perjura sobre el contenido

 de los códices de la antigüedad,

desconfia de la eminencia

 de la ciencia verdadera,

no busca respuesta, acepta el consuelo.

 

Observando a su alrededor, se percata

de la inmensidad de la inquietud,

del infinito desasosiego,

del oprobioso agobio que afecta al género humano.11-05-2020






                                                                                                            La Loire






   Consuelo del diván oscuro donde se esconden

las espaciosas melodías del sueño.

Tardes del sabor de la cereza, dormidos en el escaño

herido por la carcoma del vivir.

Modorra oscura en el letargo de la noche incipiente

que quiebra la armonía de las voces transparentes.

Penetro en la mar en calma de los sueños incompletos,

me aguardan los agoreros de los espacios hundidos

en el sopor de las ausencias.

No contemplo los encuentros con las almas que partieron,

ya que a mí nadie me espera.

Mas vago por los senderos repletos de los sonidos

que confortaron mi alma en tardes y noches negras.

 

Deseo la luz del alba, la que se lleva la pena,

Invoco el canto del gallo, que me traiga la encomienda

del amanecer sereno,

contemplo la majestad del vuelo del aguilucho

que desde lo alto divisa del corazón la tristeza.

Del pasado, poco añoro, prefiero cerrar la puerta.

El futuro se me antoja muy corto y lleno de piedras

que entorpecen la trazada del camino que me resta.

Prefiero las dulces horas de este presente que es mío,

sentado en la estrecha tarde de los gozos que se quedan,

de las ventanas del alma por donde el amor se cuela,

el cariño que recibo, el que debo y no pagué,

 deudas que dejé dormidas y algún día devolveré. 10-6-20



                                      Abadía Fontevraud






                                                                          Vendôme





                                                                     Chambord







Comentarios

  1. Preciosos ambos. El primero casi de 'cierre' del periodo negro de este año tan extraño y el segundo anclado en el presente que tanto tenemos que agradecer después de todo esto... Me encanta el último, es muy redondo. A ver cuándo publicamos todo esto;-)

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