LENTO RETORNO
Plava Laguna
Ví
tu imagen de cristal en el río,
tu
reflejo disuelto en el aire,
las
ondas diluyendo tu figura,
el
viento transportando tu sonrisa.
La
mirada fija en tu contorno
me
apartó de la pureza de tu voz.
El
azul intenso de tus ojos
nublaba
mi visión;
aquel
salto de peña en peña
entre
las aguas
me
transportaba a un futuro
aún
incierto.
El
placer de la sencillez
inundaba el ambiente,
lo
bello se daba al mirar.
No
se intuían los futuros nubarrones
que
un día nos robarían la pureza.
Tiempo
de la clara y profunda mirada,
de la sonrisa abierta,
del
desparpajo en el hablar,
tiempo
de un siglo que huyó.
Las Matas, 3 de abril de 2020
Sibenik
Una vez que estábamos allá,
toda vez que la palabra
era necesaria,
precisamente entonces,
se empobrecía su valor.
Y oías, y escuchabas,
y dejabas al aire prendidas,
divinas palabras,
de otros labios erguidas...
Sin valor.
Cada vez que alcanzabas
el alma de la palabra...
VACÍA.
El retórico,
para hacer creer
lo que no cree.
El enamorado,
para convencer.
Y... a todo esto...
al fondo...
LA PALABRA:
La hueca y balbuciente
y silenciosa y honrosa
y segura palabra
de siempre:
Para decir
¿Qué?
Abril de 1968
Catedral de la Sierra
Precioso el primero: luz, pureza y frescura.
ResponderEliminarEl segundo ya lo conocía...tristemente realista: pobres palabras...Pero no en tus poesías, en tus poesías tienen un peso insospechado y dicen muchas cosas, ya lo creo que sí;-)