Nubarrones de Inquietud
En estos días aciagos, cuando circula un virus que ha trastocado la vida diaria de la humanidad, cuando cunde en el ser humano la mayor incertidumbre, cuando se han volatilizado todos los esquemas, os acompaño en el infortunio con dos poemas : El primero de un cierto pesimismo y el segundo como un canto a la pureza que, sin duda, retornará.
Cantábrico
De cara al sol que
fenece
observo el miedo del
hombre;
lo desconocido
acecha,
lo impensable
sobrevino,
la inquietud de la
duda,
el lado oscuro de la
peste.
El futuro se desliza
por entre los dedos
de los días.
Lo que ayer fuera de
acero,
hoy ni siquiera se
palpa.
Adiós, proyectos
labrados
con la solidez del
yunque.
Voluble, inquieto,
inseguro,
cada día que comienza
te despierta un negro
augurio.
Lo que fuera antaño
fiesta,
mortajas sin
disimulo.
Cambió el rolar del
viento,
la barca que fue
serena
se encrespa sobre las
olas,
el timón pierde su
rumbo,
astillas sobre las
rocas.
Madrid, 10 de marzo de 2020 (Días del monstruo)
Lago Iseo
Camino por la alta
sierra,
salto riscos y
peñascos,
aspiro el olor a
hierba,
me guían mis propios
pasos.
Me encuentro libre y
seguro,
avanzo sin rumbo fijo,
me insuflo del aire
puro,
escucho el canto del mirlo.
Bajando hacia la
cabaña
me guía el cantar del
agua
que corretea por las
brañas
y purifica mi alma.
Llegaré hasta la
caseta
donde habitó mi otro
ser,
los ancestros, los
ascetas,
lo que no puede
volver.
Allí descubrí la
vida,
la sencillez y la
flor.
¡ Cuánta amargura
suicida
seguiría al
esplendor!
Las
Matas, 13 de marzo de 2020.
Gracias papá por compartir estas reflexiones sobre las dos realidades que vivimos: la inquietud ante este peligro nunca antes vivido y la certeza de una pronta vuelta a una normalidad cotidiana libre de esta negra y solitaria incertidumbre...con belleza, con poesía, con la música de tus palabras.
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