BESOS BLANCOS

Besos blancos de tus labios dormidos,

estilitas truncadas y pisoteadas

en el error del caminar;

bodrios añadidos a tus ensueños

de novia purpúrea.

Estúpidas nubes que nublan

la terrible, pero necesaria luz

de los abriles de tus días,

todo el conjunto

de la aberrante caducidad

retumbando en tus oídos.

Ni eso, ni aquello, ni nada,

puede abolir tu estrecho cerco

de vida padecida.

Escarceos de placer, que

ténuamente, acariciaste,

momentos asidos con ferocidad

de no retorno, auras, solo

soñadas

y jamás a tu alcance,

que vuelvan a hacerme

morir en un susurro

de venidera paz.

Que retornen,

para jamás, nunca,

abandonar

mi malherida memoria.

                                       Junio de 1984

                           Hama (Siria)

Atrapado en la vulgaridad de los días indefinidos,

sin avistar, siquiera fugazmente,

horizontes abiertos y amaneceres de cristal.

Inmerso en la profundidad de la bruma opresora,

que impide la respiración pausada

y abierta al optimismo.

Cada día, intentando ajustar la tozuda realidad

a un horizonte exento de la pertinaz neblina.

Navegando el mar de la duda,

carente  de timón y sin la luminosa guía

del lucero de la seguridad.

Ausente el optimismo de los años tiernos,

con la vista difusa por un futuro

que deviene corto,

cercano el final,

tiempos que ya no se acoplan con ligereza,

los pasos diarios enlazados en un descuento

acompasado y certero:

Un, dos, tres, …cien, mil, diez mil…MENOS.

Siempre descuento.

¿Qué resta?

                                              Madid,9-01-2019

                  Luanco