POEMA DEDICADO
Mari, ensoñación en la cuerda del laúd, envuelta en los misterios del espacio ignoto desgranando las cuentas de la dulce tristeza. Quisiera ver tus ojos cuando la luz se apague, tu figura ondulante que se escurre en el aire, consolar la tristeza que acompaña la espera, verte solo una vez como la vez primera. La voz de la amargura taladra el viento oscuro, me encierra en la alhacena donde se guarda el vino que hace danzar al cojo y nubla los caminos. Negra pena en la tarde cargada de zozobra, resuenan los acordes que ensanchan los deseos de un futuro espacioso donde manda la aurora, en el largo camino por donde pasa el verso. ...